
Durante mil años, la ceniza ha caído del cielo como una condena constante. Bajo un sol rojo y enfermo, el mundo se ha marchitado mientras el Lord Legislador, una deidad tiránica e inmortal, gobierna con puño de acero sobre un imperio de miedo. Los skaa, esclavizados y rotos, sobreviven entre niebla, látigos y resignación. Frente a ellos, una nobleza corrupta domina gracias a un poder casi mítico: la alomancia, una magia nacida de los metales, capaz de convertir a unos pocos elegidos en armas vivientes. En este escenario de ceniza y desesperanza, la rebelión no es una posibilidad… es apenas un rumor.
Ese rumor toma forma en Kelsier, el Superviviente de Hathsin, un hombre marcado por la tragedia y por una sonrisa peligrosa. Él reúne a un grupo de ladrones, conspiradores y soñadores para intentar lo imposible: derrocar al mismísimo dios que gobierna el mundo. A su lado camina Vin, una muchacha skaa desconfiada, frágil en apariencia, pero poseedora de un poder que ni ella misma alcanza a comprender. Entre golpes maestros, traiciones, entrenamientos despiadados y secretos enterrados en la bruma, ambos aprenderán que el mayor acto de rebeldía no siempre es la violencia… sino la esperanza.
Pero bajo cada plan late una amenaza más grande que el fracaso: los Inquisidores de acero, la vigilancia del imperio y una profecía antigua que parece burlarse del destino de los hombres. El Imperio Final es la crónica de una revolución que nace en las sombras, de un mundo donde caer es fácil y levantarse es un acto de fe. Y cuando el metal arde, la bruma se abre… y el futuro del mundo entero empieza a temblar.