
El mundo ha sido irrevocablemente alterado por la sangre derramada en Dumai's Wells. Rand al'Thor, el Dragón Renacido, emerge de la batalla no solo victorioso, sino como el Señor de dos naciones y la fuerza que ha quebrado la autoridad de la Torre Blanca. La victoria, sin embargo, es frágil. Ahora, con un temible ejército de Aiel a sus espaldas, Rand debe enfrentarse a un dilema imposible: ¿cómo unir un mundo que lo teme y lo odia, mientras la locura del Saidin carcome su mente y los Renegados acechan desde las sombras, buscando explotar su más mínima debilidad? La hora de la diplomacia ha terminado; la hora de la corona y la espada ha llegado.
Mientras el Dragón se consolida en su poder, las intrigas se extienden por el continente. Las Aes Sedai se hallan divididas en dos facciones irreconciliables, cada una convencida de ser la única esperanza de la Luz: la Torre Blanca oficial y las rebeldes de Salidar, lideradas por la recién nombrada Egwene al'Vere. En el corazón de esta contienda, Nynaeve y Elayne se embarcan en una misión desesperada en Ebou Dar, la capital de Altara, buscando un antiguo ter'angreal que podría ser la clave para sanar la fractura del mundo y curar al Dragón. Al mismo tiempo, Matrim Cauthon se encuentra peligrosamente atrapado en la ciudad, tejiendo su propia red de suerte e intrigas, sin saber que está a punto de toparse con uno de los Renegados.
Desde la Ciudadela de Cairhien, donde Rand intenta imponer un orden precario, hasta las costas brumosas de Ebou Dar, la tensión es palpable. El Dragón Renacido debe demostrar que es digno de llevar la corona, enfrentándose a la implacable Sombra y a sus propios demonios internos. Con cada movimiento, se acerca a su destino final, pero el precio de la grandeza podría ser la soledad absoluta. La búsqueda de la paz se libra en batallas personales y masivas, donde un simple error podría entregar el mundo al Señor del Caos que aún no ha sido doblegado.