Existe un camino que muchos olvidaron: un modelo de vida que no cambia con las tendencias ni se acomoda a las expectativas de los demás.Un hombre lo recorrió primero, y lo hizo con una fuerza distinta: la fuerza del perdón, de la justicia, de la verdad… y de un amor que no se agota.En esta tercera parte, vamos a desarmar mitos, desafiar guiones y mirar de frente el tipo de hombres que estamos llamados a ser.
Hoy exploraremos junto a un invitado especial uno de los temas más desafiantes y necesarios para nosotros: la vulnerabilidad.Esa capacidad de mostrarnos tal como somos, sin máscaras ni defensas, con nuestras fortalezas y también con nuestras heridas.En esta conversación real hablaremos de lo que muchos hombres sienten, pero pocos dicen.
Alguien pudo haber definido la masculinidad por vos, pero… ¿cómo vas a definirla vos mismo?Existe un modelo olvidado, uno que no encaja en los extremos ni en los estereotipos. Un hombre que caminó con la fuerza de un león pero eligió amar como un cordero.
Todos sabemos cómo vernos bien por fuera, pero Jesús habló de algo mucho más importante: lo que pasa por dentro. En esta charla vas a descubrir por qué cuidar tu interior puede cambiar todo lo demás… y cómo empezar a hacerlo desde hoy.
¿Crees que el perdón borra el daño? Hay heridas que solo sanan cuando te atreves a volver, mirar los restos y reconstruir.
¿Alguna vez has pensado qué pasa con todo eso que dejamos sin asumir, como las decisiones que evitamos y las responsabilidades que otros terminan cargando por nosotros?
La irresponsabilidad no desaparece, simplemente encuentra a alguien más que lleve lo que nos correspondía.
Tal vez este sea el momento de retomar lo tuyo. De hacerte responsable, no por obligación, sino porque vivir desde ahí te hace un mejor seguidor de Jesús.
Todo lo que tengo es de Dios y debo usarlo para sus propósitos.
¿Qué ocurre cuando nos olvidamos de lo que nos une y nos aferramos a lo que nos separa?
El mensaje de la Iglesia es un mensaje para el mundo
Pidamos a Dios por valentía, para hablar cuando el miedo nos susurra que nos callemos.
Es nuestro turno de hacer por la próxima generación lo que hicieron por nosotros.
Cuando la iglesia comenzó, surgió de inmediato una pregunta natural: ¿Qué debemos hacer? La respuesta tenía más que ver con entender en quién estaba puesta su fe que con lo que había que hacer. Y cuando la iglesia nació, Dios les dio el regalo más grande: su propia vida.
Aunque la palabra griega “Ekklesia” ha sido mal traducida como “Iglesia” en muchas Biblias, en realidad significa “Grupo” o “Asamblea”. El cristianismo siempre ha sido un movimiento, con grupos locales de personas viviendo con la misma actitud y enfoque que Jesús.
Ser parte de una comunidad de seguidores de Jesús significa que sos parte de algo grande. A cada generación le corresponde definir cómo se ve, cómo suena y cómo responde el cristianismo.
La obediencia es la zona más propicia para que Dios cumpla Sus propósitos a través de nosotros. Es la zona de los milagros.
Nuestras circunstancias no definen nuestro valor ni lo que Dios siente por nosotros.
Un milagro es una intervención divina en el curso normal del mundo, algo que no habría ocurrido (o no podría haber ocurrido) de otro modo. Pero la pregunta es: ¿es necesario creer en los milagros para ser un seguidor de Jesús?
En esta segunda parte de la serie “Lecciones de un billete callejero”, tendremos consejos prácticos de la mano de expertos en finanzas, para ayudarte a tomar mejores decisiones con tu dinero.¿Alguna vez te has preguntado qué tiene que ver tu fe con tus finanzas? En esta serie, exploramos los principios clave de la mayordomía financiera bíblica y cómo puedes transformar tu manera de ver y usar el dinero. No se trata solo de presupuestos o deudas, sino de vivir con propósito, generosidad y confianza en Dios como nuestro proveedor.
¿Alguna vez te has preguntado qué tiene que ver tu fe con tus finanzas? En esta serie, exploramos los principios clave de la mayordomía financiera bíblica y cómo puedes transformar tu manera de ver y usar el dinero. No se trata solo de presupuestos o deudas, sino de vivir con propósito, generosidad y confianza en Dios como nuestro proveedor.
Los seguidores de Jesús son multiplicadoresCon tantas denominaciones y opiniones sobre lo que significa ser cristiano, puede ser difícil identificar qué es realmente fundamental para la fe. En esta serie, vamos a explorar qué es esencial y qué no lo es a la hora de seguir a Jesús.
Jesús murió por mis pecados, para reconciliarme con Dios.
Con tantas denominaciones y opiniones sobre lo que significa ser cristiano, puede ser difícil identificar qué es realmente fundamental para la fe. En esta serie, vamos a explorar qué es esencial y qué no lo es a la hora de seguir a Jesús.