
El Besor, la Iglesia, es de Dios. Él la ha fundado, y Él la sostiene. Para Él todos cuentan: el fuerte, y el débil. Si estás fuerte, da gloria a Él, pero no juzgues al débil. Nunca critiques al cansado, porque todos nos quedamos sin fuerzas en algún momento; todos necesitamos de las aguas de reposo.