
¡Hola, te doy la bienvenida a #ParayRespira! Soy Gloria Cano.
Hoy nos adentramos en un territorio que todos conocemos muy bien, aunque a veces preferiríamos ignorarlo: la voz de nuestro crítico interno. Esa vocecita persistente que nos juzga, que nos compara y, a menudo, nos hace sentir pequeños o insuficientes.
Este crítico interno suele estar profundamente conectado con sentimientos de vergüenza.
Una vergüenza que quizás arrastramos desde hace mucho tiempo y que se manifiesta como un constante diálogo negativo sobre nosotros mismos.
Pero ¿y si te dijera que tenemos herramientas para empezar a suavizar esa voz y para quitarle poder?
En este episodio, exploraremos un enfoque "de arriba hacia abajo", trabajando directamente con nuestros pensamientos para transformar ese diálogo interno.
Antes de sumergirnos en el ejercicio, hablemos un poco de la vergüenza. Aunque no lo creas, la vergüenza puede tener un propósito original como herramienta de aprendizaje en la infancia, ayudándonos a entender los límites. El problema surge cuando esa vergüenza no se "repara", cuando no se nos reafirma que, a pesar de un error, seguimos siendo inherentemente dignos de amor. Entonces, esa vergüenza se internaliza y crece con nosotros, alimentando creencias como "no soy suficiente", "algo está mal conmigo" o "no soy digno de amor". Y es aquí donde el crítico interno encuentra su alimento.
El crítico interno se manifiesta a menudo como pensamientos negativos en bucle sobre nosotros mismos. Palabras duras que, si las dijéramos en voz alta a otra persona, nos sonarían terribles. Pero como son internas, se repiten una y otra vez, afectando cómo nos sentimos.
El primer enfoque que vamos a explorar es el "top-down" o "de arriba hacia abajo". Esto significa que vamos a trabajar directamente con el contenido de esos pensamientos críticos, con el diálogo que mantiene esa voz. Vamos a ponerle un poco de curiosidad y a desgranarlo.
Muy bien, vamos a realizar un ejercicio de auto indagación. Te invito a encontrar un momento y un espacio tranquilo.
1. Identifica el Mensaje Central: Lo primero es ser realmente curiosos: ¿Qué es lo que dice tu crítico interno? ¿Cuál es esa frase o idea central que se repite constantemente, especialmente cuando te sientes estresado o vulnerable?
2. ¿De Quién es esa Voz?: Una vez que tienes identificada esa frase o pensamiento, pregúntate con curiosidad: "¿De quién es realmente esa voz?". No vamos a hacer nada con esta información ahora mismo, solo notarlo, nombrarlo. ¿Quién te hizo creer, hace tantos años, que eras algo menos que maravilloso y digno de amor?
3. Sepárate del Pensamiento: Tú No Eres Tus Pensamientos: Este es un paso crucial. Recuerda: tú no eres tus pensamientos. Eres una persona teniendo pensamientos. Y los pensamientos, como las nubes, vienen y van; a menudo son involuntarios, repetitivos, viejos y, muy importante, ¡los pensamientos no son hechos!
Nota cómo se siente hacer esto. Puede ser sutil, pero esta simple reformulación puede empezar a crear un pequeño espacio, una distancia entre tú y ese pensamiento. Empieza a "desacoplar" esas ideas de lo que consideras una verdad absoluta sobre ti.
4. Crea un Nuevo Pensamiento: La Neuroplasticidad a tu Favor: Una vez que has creado ese pequeño espacio al reconocer que es solo un pensamiento, tienes la oportunidad de introducir algo nuevo.
Espero que esta primera aproximación para suavizar a tu crítico interno te sea de gran ayuda. Recuerda, es una práctica. Sé paciente y compasivo contigo mismo en este proceso.
Gracias por acompañarme en #ParayRespira. En nuestro próximo episodio, exploraremos cómo abordar al crítico interno y la vergüenza desde el cuerpo. ¡No te lo pierdas! Hasta entonces, cultiva pensamientos amables hacia ti.
Producción y Música: @conectacreators