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Rompiendo Fronteras
Josman Proudinat
75 episodes
1 day ago
Predicaciones y enseñanzas compartidas en la iglesia Rompiendo Fronteras.
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Religion & Spirituality
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Predicaciones y enseñanzas compartidas en la iglesia Rompiendo Fronteras.
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La presencia que guía
Rompiendo Fronteras
45 minutes
2 weeks ago
La presencia que guía

El relato de Mateo 2:1–12 nos sitúa en uno de los momentos más profundos del calendario cristiano: el Adviento, ese tiempo previo a la Navidad que no se centra todavía en la celebración del nacimiento, sino en la espera. El Adviento nos enseña a vivir cuando no todo está claro, cuando no tenemos el mapa completo, pero sí una señal suficiente para avanzar.


Es una temporada espiritual en la que Dios no siempre revela el destino final, pero sí ilumina el siguiente paso. Así comienza la historia de los sabios de oriente: no con instrucciones detalladas, ni con fechas exactas, ni con coordenadas precisas, sino con una estrella. Y esa estrella fue suficiente.


Dios, pudiendo hacerlo todo de manera evidente, eligió guiar de forma progresiva. No escribió el nombre de Jesús en el cielo ni envió un ángel con explicaciones exhaustivas. Prefirió una luz que guiara sin controlar, que invitara a caminar sin anular la fe. Esto revela una verdad espiritual profunda: cuando Dios guía, muchas veces lo hace de tal forma que dependamos de Él paso a paso. Si conociéramos todo desde el inicio, quizá el temor o el exceso de expectativas nos paralizarían. Por eso, en su sabiduría, Dios nos da lo necesario para avanzar, no para dominar el camino.


En esta narrativa aparecen dos formas opuestas de esperar y responder a la guía divina. Por un lado están los sabios, quienes al ver la estrella deciden moverse. No eran judíos, no poseían toda la teología correcta ni entendían completamente lo que encontrarían al final del viaje. Sin embargo, tenían una convicción clara: si Dios estaba guiando, valía la pena caminar. Ellos no admiraron la estrella desde la distancia ni se conformaron con hablar de ella; la siguieron. La estrella no fue hacia ellos, ellos fueron hacia la estrella. En esto se revela que la guía de Dios se discierne en movimiento. Muchas veces la claridad llega mientras obedecemos, no antes. Caminar en fe, como Abraham, implica avanzar aun cuando no todo tiene sentido, confiando en que en el trayecto Dios irá revelando lo necesario.


En contraste aparece Herodes, quien también oye hablar de la estrella, pero su reacción no es adoración sino temor. Para él, la guía de Dios representa una amenaza a su poder. Herodes quiere información, pero no transformación; desea conocer el final sin estar dispuesto a obedecer en el proceso. Aunque conocía las Escrituras y sabía dónde debía nacer el Mesías, no dio un solo paso hacia Él. Su corazón estaba más interesado en proteger su trono que en rendirse al verdadero Rey. Así, la historia nos confronta con una realidad incómoda: es posible conocer el lenguaje de la fe y aun así resistirse a entregar el corazón a Cristo.


Cuando los sabios finalmente llegan al lugar señalado, se enfrentan a una sorpresa. No encuentran un palacio ni una manifestación evidente de poder, sino una casa humilde y un niño. Dios los guía a algo muy distinto de lo que esperaban. Aquí se revela el corazón de la Navidad: Dios llega, pero no como lo imaginamos. La guía divina no siempre cumple nuestras expectativas humanas, pero siempre cumple su propósito eterno. Dios no nos conduce hacia lo impresionante, sino hacia lo correcto. A veces, lo que parece una decepción es en realidad una obra más profunda y transformadora.


El momento culminante del relato ocurre cuando la estrella se detiene sobre el lugar donde está el Niño. Esto deja claro que la estrella nunca fue el destino, sino el medio. Una vez que los sabios llegan a Jesús, la señal ya no es necesaria. Dios puede usar personas, circunstancias y procesos para guiarnos, pero ninguno de ellos es el fin último. Todo tiene como propósito llevarnos a Cristo. La guía siempre apunta a una persona, no solo a una respuesta o a una oportunidad.


Finalmente, el encuentro con Jesús cambia el camino de regreso. Advertidos por Dios en sueños, los sabios vuelven a su tierra por otro camino. No regresan igual porque no se puede encontrar a Cristo y permanecer igual. El Adviento, entonces, no solo nos prepara para celebrar un nacimiento histórico, sino para vivir de una manera transformada. Si Jesús se ha revelado, el camino ya no puede ser el mismo.


Así, La presencia que guía nos recuerda que aunque no tengamos todas las respuestas, si Dios camina con nosotros, estamos en el rumbo correcto. Los sabios no llegaron a una explicación, llegaron a una persona. Y la presencia que nos guía hoy es la misma que nos recibe al final del camino. Ese final, siempre y sin excepción, es Jesús.

Rompiendo Fronteras
Predicaciones y enseñanzas compartidas en la iglesia Rompiendo Fronteras.