
En un mundo que nos exige estar bien, progresar, mejorar y mantenernos “equilibrados”, hemos confundido el bienestar con la perfección. En este episodio quiero recordarte que el equilibrio real no es un estado al que se llega… sino un lugar al que se regresa.
Aquí exploramos cómo soltar la autoexigencia, cómo volver al cuerpo cuando la mente se acelera, y cómo la presencia —esa atención suave a lo que está pasando dentro de ti— se convierte en la verdadera brújula emocional.
Un espacio para bajar el ritmo, sentir y volver a ti, sin expectativas ni máscaras