
En su discurso "Reinos de gloria", el élder Dallin H. Oaks enseña sobre el plan divino que ofrece a todos los hijos de Dios la oportunidad de vivir para siempre en un reino de gloria. Explica que el destino eterno de cada individuo depende de las decisiones que tome en la vida terrenal, ya que estos determinarán en qué reino de gloria habitará. Los tres reinos (celestial, terrestre y telestial) corresponden a los diferentes niveles de obediencia a las leyes divinas. En particular, el élder Oaks enfatiza la importancia de la conversión y la fidelidad a los convenios para alcanzar la exaltación en el Reino Celestial, el cual es el más alto y donde los fieles vivirán en la presencia de Dios y Su Hijo Jesucristo