
“De todos vuestros dones ofreceréis toda ofrenda a Jehová; de todo lo mejor de ellos ofreceréis la porción que ha de ser consagrada.”
Números 18:29
¿Te has preguntado alguna vez por qué los seres humanos no somos naturalmente dadivosos?
¿Por qué nos cuesta dar libremente o sin esperar nada a cambio?
¿Por qué cuando damos, damos muchas veces aquello que ya no queremos, o que ya no nos es útil?
¿Por qué naturalmente no procuramos dar lo mejor, sino lo mediocre, o lo peor?
Estas son preguntas que personalmente yo me he hecho muchas veces, porque muchas veces batallo con ser una persona dadivosa.
Dar alegremente y con liberalidad no es sencillo, pero como vemos en nuestra devocional de hoy, es un área en la que Dios quiere que crezcamos.