• ¿Qué me impide hoy reconocer las oportunidades de paz que Dios me ofrece?
• ¿Cómo respondo al dolor de Jesús por mi ciudad, mi familia, mi comunidad?
• ¿Qué decisión concreta tomaré hoy para abrir mis ojos a la visita de Dios?
- ¿Qué “mina” me ha confiado el Señor (dones, tiempo, palabras, relaciones) y cómo la estoy haciendo fructificar?
- ¿En qué aspectos el miedo me paraliza y me impide arriesgar por el Evangelio?
- ¿Qué paso concreto puedo dar hoy para invertir mi fe en servicio, misericordia y testimonio?
- ¿Soy fiel en lo pequeño de cada día: oración, trabajo bien hecho, atención al hermano?
- ¿En qué me pide el Señor “bájate pronto”: del orgullo, del control, de las apariencias?
- ¿Cómo lo estoy recibiendo en mi casa: con prisa, con reservas o con alegría?
- ¿Qué pasos concretos de generosidad y reparación puedo dar hoy?
- ¿Alimento murmullos sobre los demás o acompaño procesos de cambio con esperanza?
“¿No hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche?” (Lucas 18, 7)
Para meditar
• ¿Persevero en la oración cuando parece que Dios guarda silencio?
• ¿Confío en el tiempo de Dios o me desanimo y dejo de pedir?
• ¿Por quién me invita hoy el Señor a orar con insistencia?
• ¿Cómo puedo convertir mi oración en gestos concretos de justicia y misericordia?
“Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.”
(Lucas 17, 33)
Para meditar
- ¿Qué apegos me harían “bajar de la azotea” en lugar de responder con prontitud al Señor?
- ¿En qué rutinas se adormece mi corazón y pospongo la conversión para “otro día”?
- ¿De qué necesito desprenderme para no mirar atrás y seguir a Jesús con libertad?
- Si el Señor se manifestara hoy, ¿me encontraría fiel en lo pequeño: oración, reconciliación, servicio?
- ¿Mi vida huele a Evangelio —caridad, esperanza, misericordia— o a la corrupción de lo que se cierra a Dios?
“El Reino de Dios ya está entre ustedes.” (Lucas 17, 21
Para meditar
- ¿Busco a Dios en lo extraordinario o lo reconozco en lo sencillo de cada día?
- ¿De qué maneras concretas hago presente el Reino hoy: en mi casa, trabajo, comunidad?
- ¿Cómo reacciono en tiempos de sequedad espiritual, cuando “quisiera ver un día del Hijo del hombre”?
- ¿Qué cruces me invita Jesús a abrazar para seguirlo con fidelidad y esperanza?
Para meditar
• ¿Soy de los que solo piden o también “vuelven” para agradecer y adorar?
• ¿Qué pasos de obediencia me pide hoy Jesús, incluso antes de ver resultados?
• ¿Reconozco a los “extranjeros” de mi entorno como modelos de fe y gratitud?
• ¿Cómo puedo convertir mis bendiciones en testimonio que dé gloria a Dios?
• ¿De qué maneras concretas practicaré la gratitud esta semana?
Para meditar
- ¿Cómo reacciono cuando no recibo agradecimientos por lo que hago?
- ¿Sirvo por amor a Dios o para ganar aprobación y méritos?
- ¿Reconozco que todo lo bueno que hago es gracia recibida y compartida?
- ¿Qué pequeños servicios ocultos puedo ofrecer hoy con alegría?
- ¿Miro a Jesús, Siervo fiel, para aprender su humildad y su mansedumbre?
“Si tuvieran fe como un grano de mostaza…” (Lucas 17, 6)
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Para meditar
- ¿Hay algo en mi conducta, palabras o redes que pueda ser ocasión de tropiezo para alguien sencillo?
- ¿Cómo practico la corrección fraterna: con caridad, en el momento oportuno y buscando el bien del otro?
- ¿A quién necesito perdonar hoy, aunque ya lo haya intentado varias veces?
- ¿Qué “árbol” arraigado en mí (rencor, juicio, hábito) necesito que el Señor desarraigue?
“No conviertan en un mercado la casa de mi Padre.”
(Juan 2, 16)
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Para meditar
- ¿Qué “negocios” interiores enturbian mi relación con Dios: cálculos, apariencias, intereses?
- ¿Vivo la fe como encuentro gratuito con Cristo resucitado o como obligación y trueque?
- ¿Cómo cuido los espacios sagrados: el templo, la comunidad y el “templo” de mi propio corazón?
“No pueden ustedes servir a Dios y al dinero.”
(Lucas 16, 13)
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Para meditar
- ¿Soy fiel en lo pequeño: en la puntualidad, la honestidad, el cuidado de lo que no es mío?
- ¿Qué decide mis elecciones diarias: la ganancia o el Evangelio?
- ¿Busco parecer justo ante los demás o vivir con un corazón transparente ante Dios?
“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.”
(Lucas 16, 8)
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Para meditar
- ¿Mi astucia y creatividad sirven al Evangelio o solo a mis intereses?
- ¿A quién puedo aliviar hoy una “deuda” con perdón, comprensión o ayuda concreta?
- ¿Qué decisiones urgentes debo tomar para ordenar mi vida según el Reino?
- ¿Uso mis relaciones e influencias para acercar a otros a Dios y promover el bien común?
“Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.”
(Lucas 15, 7)
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Para meditar
- ¿Soy capaz de alegrarme por el bien del otro, o me quedo en la murmuración?
- ¿A quién estoy llamado hoy a “salir a buscar” con paciencia, oración y cercanía?
- ¿Enciendo la lámpara y barro mi casa interior: examen, reconciliación, pasos concretos?
- ¿Mi comunidad celebra los regresos y ofrece caminos de acogida y acompañamiento?
“El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.”
(Lucas 14, 27)
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Para meditar
• ¿Qué ocupa el primer lugar en mi corazón? ¿Prefiero a Cristo por encima de afectos y seguridades legítimas?
• Si calculo el costo, ¿qué apegos, hábitos o miedos necesito ordenar o dejar?
• ¿Mis bienes me sirven para el Reino o me atan y me distraen?
• ¿Qué “torre” estoy construyendo y qué decisiones prácticas me ayudarán a terminarla con Él?
“Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa.”
(Lucas 14, 23)
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Para meditar
- ¿Me reconozco pobre ante el Señor o me creo ya “invitado de derecho”?
- ¿A quién puedo invitar esta semana a acercarse a Dios: a Misa, a un grupo, a una obra de caridad?
- ¿Qué paso concreto daré hoy para hacerle sitio al Banquete: reconciliación, silencio orante, tiempo para servir?
“Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos… así serás dichoso.” (Lucas 14, 13-14)
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Para meditar
- ¿A quién estoy dejando fuera de mi “mesa” (mi tiempo, mis recursos, mi atención)?
- ¿Puedo hacer esta semana un gesto concreto por alguien que no puede retribuirme?
- ¿Busco el aplauso de los demás o la mirada de Dios?
- ¿Mi casa y mi comunidad son lugares donde los últimos encuentran un sitio y un nombre?
“Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.”
(Mateo 5, 9)
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Para meditar
• ¿Qué significa para mí ser “pobre de espíritu” hoy? ¿En qué necesito dejar que Dios sea mi riqueza?
• ¿A quién puedo consolar esta semana con una presencia, una palabra o un gesto?
• ¿Qué decisiones concretas muestran mi hambre y sed de justicia en mi vida diaria?
• ¿Cómo practicaré la misericordia con alguien que me cuesta comprender o perdonar?
“¿Está permitido curar en sábado o no?” (Lucas 14, 3)
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Para meditar
- ¿A quién puedo “sacar del pozo” hoy con una ayuda concreta, sin excusas ni demoras?
- ¿He usado alguna vez las normas como pretexto para no involucrarme con el dolor ajeno?
- ¿Mi fe me vuelve más humano y cercano, o más rígido y distante?
- ¿Qué me impide tocar, sanar y aliviar como Jesús: el miedo, la costumbre, la mirada ajena?
“¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!”
(Lucas 13, 34)
⸻ Para meditar
- ¿Qué “Herodes” (miedos, presiones, opiniones) están tratando de frenar mi fidelidad a Jesús?
- ¿Qué voces proféticas he ignorado o rechazado porque incomodan mi rutina?
- ¿Me dejo reunir bajo sus alas con tiempos concretos de oración, Palabra y comunidad?
- ¿Mi casa interior está habitada por su presencia o se va vaciando por la indiferencia?
- ¿Mi vida dice hoy: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”?
“Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta.”
(Lucas 13, 24)
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Para meditar
- ¿En qué confío más: en “haber estado cerca” de lo sagrado o en una vida que busca convertirse cada día?
- ¿Qué hábitos, comodidades o apegos hacen estrecha la puerta para mí? ¿Qué paso concreto puedo dar hoy?
- ¿Mi fe se nota en obras de misericordia, justicia y reconciliación?
- ¿Vivo con humildad, dejando que Dios invierta mis criterios de “primero” y “último”?
- ¿Mi comunidad y mi corazón están abiertos para acoger a quienes vienen “de todos los lados”?